By ExpPub
TIJUANA, BC, 17 DE MARZO DE 2024.- La ciudad fronteriza de Tijuana se encuentra en el ojo del huracán tras revelarse una trama de extorsión y despojo, que ha sacudido los cimientos de la comunidad empresarial local.
En el centro de este escándalo, está el hijo de un reconocido empresario, quien ha sido señalado por múltiples fuentes de obligar a inquilinos de propiedades de familiares a entregar los locales comerciales que, con esfuerzo y capital ajeno, habían sido remodelados para ser convertidos en negocios prósperos.
Lo que ha sido imposible lograr por actos de sabotaje que lleva a cabo personalmente como corte de agua, robo de luz, apoderamiento de medidores, robo de tinacos para agua, despojó de anuncios y, neones clausura de pasillos de servicios amenazas constantes a los empleados de los giros, cateos ilegales con pseudo POLICIA’s y policías aliados con el crimen.
Las evidencias son contundentes, recopiladas de una investigación desde hace dos años, grabaciones telefónicas identificadas, y nombres mencionados de sus aliados y amigos del crimen.
Este JR, perteneciente al, tristemente célebre grupo apodado por algunos como los «Narco Junior’s», de los años 90, parece prosperar utilizando las tácticas intimidatorias de los oscuros personajes de la que cobran cuotas por no agredir exigiendo pagos por «piso» –un eufemismo para referirse a la extorsión– a aquellos que ocupan los inmuebles de su familia.
Lo alarmante de este, caso es que la extorsión proviene no de bandas criminales externas, sino del seno mismo de una familia considerada hasta ahora respetable y emblemática del tejido inmobiliario empresarial de Tijuana.
Víctimas de esta situación, quienes han pedido permanecer en el anonimato por temor a represalias, describen un panorama desolador: ya que cuando se niegan a dejar sus giros, este individuo manda a sus amigos del crimen a destrozar y hasta incendiar los negocios de sus víctimas creando consecuencias como pérdida de inversiones, sueños empresariales desvanecidos y un clima de miedo e incertidumbre que paraliza no solo a los afectados directos, sino a la comunidad empresarial en general.
«Es como vivir con el enemigo en casa», comentó uno de los afectados, «nunca imaginamos que el peligro vendría de quien supuestamente debería ser nuestro aliado».
Ante esta situación, se ha levantado un clamor por parte de la comunidad de Tijuana y de los empresarios afectados para que las autoridades intervengan de manera decisiva.
La demanda es clara: es imperativo que se investiguen estos actos de extorsión y se tome acción legal contra quienes resulten responsables, sin importar su posición económica o social.
Este caso arroja luz sobre una nueva forma de criminalidad que se gesta desde la estructura misma de algunas de las familias más conocidas de la región, que en años anteriores tuvieron que sacar del país por más de 20 años a este sujeto que se dedica, también a atormentar psicológicamente a sus propios parientes, en esa época el exilio fue para evitar que fuera encarcelado, esta situación plantea serios cuestionamientos sobre la seguridad y el estado de derecho en Tijuana.
La esperanza de muchos, es que este escándalo sirva como un punto de inflexión para recuperar la confianza en las instituciones y garantizar un entorno seguro y justo para el desarrollo empresarial y personal de todos los tijuanenses.
Las autoridades aún no han emitido un comunicado oficial sobre el caso, pero fuentes cercanas indican que ya se están tomando las primeras medidas en el curso de la investigación de estas denuncias solicitando una orden de restricción para que este señor no se pueda acercar a 500 metros de los locales que utilizan los amenazados, entre ellos una señora de 69 años de edad, que optó por salir de la ciudad por temor a las amenazas directas de este criminal pidiendo se investigue y paren a este sujeto para asegurar que la justicia prevalezca.
